Sykes-Picot: la línea en la arena que durante un siglo ha marcado Oriente Medio

Abstract

Al cumplirse cien años del reparto de esferas de influencia entre Londres y París, se renueva el debate sobre hasta qué punto Oriente Medio está compuesto por tribus con banderas confinadas en un mapa que cada vez tiene menos sentido. El 6 de mayo de 1916, Gran Bretaña y Francia trazaron una línea en la arena que durante un siglo ha determinado el mapa de Oriente Medio, ahora más cuestionado que nunca. Conocido como el pacto Sykes-Picot, aquel acuerdo secreto con participación de Rusia aspiraba a repartirse toda la región y capitalizar el gran vacío de poder planteado por el previsible colapso del Imperio Otomano tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. En retrospectiva, los nuevos Estados formulados a partir del gran poder califal turco, con arbitrarias fronteras dibujadas frecuentemente con sospechosas líneas rectas, han demostrado con creces su naturaleza artificial y crónica incapacidad para generar vertebrados proyectos nacionales.

At the one hundred years anniversary of the division of spheres of influence between London and Paris, the debate over how far the Middle East is made up of "tribes with flags" confined to a map that has less and less meaning. On May 6, 1916, Great Britain and France drew a line in the sand that during a century has determined the map of the Middle East, now more questioned than ever. Known as the Sykes-Picot Pact, that secret agreement with Russia's participation aspired to partition the entire region and to capitalize on the great power vacuum posed by the predictable collapse of the Ottoman Empire after its defeat in World War I. In retrospect, the new states formulated from the great Turkish Caliphate, with arbitrary borders drawn frequently with suspicious straight lines, have more than demonstrated their artificial nature and chronic inability to generate vertebrate national projects.