China’s Rise and Expansionism through the Lenses of its Leaders : The case of Taiwan

Abstract

La geopolítica, que gira en torno a la geografía y la política del poder, ha recuperado su relevancia en el campo de las relaciones internacionales, después de un período caracterizado por la prevalencia de los valores liberales e interdependencia económica. El ascenso de China y su expansionismo territorial reflejan esta realidad. Hoy día, China cuenta con la frontera terrestre más larga y está decidida a mantener esa condición, enfrentándose a cualquiera que se ponga en su camino. Detrás de esta fachada robusta yacen cuatro destacados líderes que, desde 1979, han logrado llevar a China de una actitud de aislacionismo defensivo hacia una de apertura internacional, logrando su ansiado sueño de adquirir el estatus de gran potencia. Gracias a las estrategias discursivas de sus líderes, tanto en el ámbito nacional como en el extranjero, China ha consolidado su papel en el sistema internacional, causando inquietudes no solo en Asia, sino también en el resto de países y especialmente en los Estados Unidos. Entre los muchos asuntos que gobiernan su política exterior, la cuestión de la división entre China y Taiwán siempre ha sido especialmente sensible e importante para el liderazgo chino. Este caso es el escenario perfecto para ilustrar cómo se desarrolla el juego de la geopolítica china.

Geopolitics, which revolves around geography and power politics, has regained its relevance in the field of International Relations, after a period characterized by the preeminence of liberal values and economic interdependence. China’s rise and territorial expansionism epitomize this reality. Today, China tops the world for the longest land border and is determined to maintain such status, confronting anyone who gets on its way. Behind this robust façade lay four prominent Chinese leaders who, since 1979, have managed to bring China from isolationist defensiveness to international openness, achieving its long-desired dream of great-power status. It has been thanks to their discursive strategies, both at the domestic and foreign level, that China has consolidated its role in the international system, causing ripples of unease not only in Asia, but also in the rest of world and especially the US. Among the many issues that govern its foreign policy, the issue of the China-Taiwan divide has always been especially sensitive and important for the Chinese leadership. This case constitutes the perfect scenario to illustrate how the game of Chinese geopolitics unfolds.