El Sistema de gestión de solicitudes de asilo en la UE a debate: alternativas tras el fracaso de Dublín III

Abstract

Los criterios de determinación de responsabilidad del Estado miembro encargado de tramitar las solicitudes de asilo y protección internacional incorporados en Dublín III provocan desigualdades entre los Estados miembros. Uno de los problemas es que se establece que será responsable de tramitar la solicitud de protección internacional el Estado miembro al que llega inicialmente el solicitante. Esto ha provocado una carga desmesurada sobre determinados Estados, en concreto, sobre aquellos que tienen fronteras con el Mediterráneo. Así, el principio de solidaridad y reparto equitativo de responsabilidades, principios incorporados a la legislación europea, no se cumplen en esta materia.

La UE, consciente de este problema, ha tratado de solventarlo a través de distintos mecanismos, pero ninguno de ellos ha alcanzado el objetivo de equilibrar el sistema. Desde la publicación de la primera versión de Dublín en 1990, ya eran muchas las voces que alertaban sobre las desigualdades y desequilibrios que iba a generar la aplicación del sistema de Dublín, pero, por la falta de compromiso político en materia de asilo y la negativa a cederle más competencia a la UE, estas tempranas alertas se hicieron realidad. La prueba del mal funcionamiento de Dublín se evidenció con la llegada masiva de inmigrantes en 2015 y 2016. Los intentos de solucionar la sobrecarga mediante la aprobación de cuotas de reubicación o la creación de hotspots fracasaron. En este trabajo se abordan todos estos tema y se presenta una propuesta que pondría fin a los problemas actuales del sistema de Dublín.

The criteria for determining which Member State is responsible of processing asylum and international protection applications incorporated in Dublin III cause inequalities between the Member States. One of the main problems is that it establishes that the Member State where the applicant initially arrives will be responsible for processing the application. This has caused an excessive burden on certain States, specifically, for those that have borders with the Mediterranean Sea. Thus, the principle of solidarity and burden-sharing, both principles included in the European legislation, are not being accomplished in this matter.

The EU, aware of this problem, has tried to solve it through different mechanisms, but none of them has reached the goal of balancing the system. Since the publication of the first version of Dublin in 1990, there were already many voices warning about the inequalities and imbalances that the application of the Dublin system would generate, but, due to the lack of political commitment in the matter of asylum and the refusal to give up more sovereignty to the EU, these early alerts came true. Evidence of Dublin's malfunction was perceived in 2015 and 2016 when there was a massive influx of immigrants arriving in the EU. Attempts to fix the situation by approving relocation quotas or creating hotspots failed. This paper addresses all these issues and presents a proposal that would put an end to the current problems of the Dublin system.