El sistema de Justicia juvenil y la exclusión social

Abstract

El Derecho Penal de menores frecuentemente ha sido vinculado a la exclusión social. La etiología de la delincuencia juvenil a menudo se asocia con determinadas situaciones de marginalidad, llegándose a realizar atribuciones injustas a determinados colectivos, etiquetándolos y criminalizándolos. Si bien es cierto que detrás de algunos jóvenes que incurren en conductas desviadas se pueden encontrar situaciones de exclusión o de riesgo de exclusión social, hay otras muchas variables que influyen en el fenómeno delictivo de una manera determinante y que tienen más que ver con cuestiones de vulnerabilidad, de oportunidad y de desarrollo evolutivo. El contacto de un adolescente con el sistema de Justicia Juvenil puede servir de mecanismo compensatorio ante determinadas carencias emocionales, educativas o de otro tipo que estén ejerciendo un efecto criminógeno sobre él, de tal manera que se le proporcionen recursos y alternativas de vida y de conducta que lo capaciten para la convivencia en sociedad sin incurrir en conductas disruptivas. No obstante, el contacto de un adolescente con el sistema de justicia juvenil también puede tener un efecto adverso de estigmatización y, con ello, de incremento del riesgo de exclusión social o incluso de afianzamiento de la conducta delictiva. En noviembre se presentarán unos Estándares Comunes para Iberoamérica sobre Determinación y Revisión Judicial de Sanciones Penales de Adolescentes en cuya elaboración hemos intervenido y en los que se dan pautas para evitar una aplicación discriminatoria del Derecho Penal de adolescentes. Estando a pocos meses de que se cumplan 20 años de la aprobación de la LO Reguladora de la responsabilidad penal de los menores y habiéndose publicado recientemente una nueva Observación General del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas en materia de Justicia Juvenil, parece un momento adecuado para reflexionar sobre estas cuestiones a la luz de nuestra regulación.

Juvenile Justice System has frequently been linked to social exclusion. The etiology of juvenile delinquency is often associated with marginality, leading to unfair attributions to certain groups, labeling and criminalizing them. While it is true that behind some young people who engage in deviant behavior, situations of exclusion or risk of social exclusion can be found, there are many other variables that influence the criminal phenomenon in a decisive way and that have more to do with issues of vulnerability, opportunity and evolutionary development. The contact of an adolescent with the Juvenile Justice System can serve as a compensatory mechanism for certain emotional, educational or other lacks that may have a criminogenic effect on him/her, in such a way that resources and alternatives of life and behavior are provided to enable him/her to live in society without incurring in disruptive behavior. However, the contact of an adolescent with the Juvenile Justice System can also have an adverse effect of stigmatization and, thereby, of increasing the risk of social exclusion or even strengthening criminal behavior. In November, will be presented a Common Standards for Ibero-America on the Determination and Judicial Review of Criminal Penalties of Adolescents in whose elaboration we have intervened. One of the aims of these guidelines is to avoid a discriminatory application of the Criminal Law to adolescents. With only a few months left for the twenty years after the Spanish Law on criminal responsibility of minors was passed, and with the recent publication of a new General Observation of the United Nations Committee on Rights of the Child on Juvenile Justice, it seems a good time to reflect on these issues in accordance with our Legislation.