Caracterización psicosocial del delincuente sexual

Abstract

La delincuencia sexual es un fenómeno universal que atenta contra los derechos humanos, que tiene un gran impacto en la salud física y mental de las víctimas y que produce una aversión y un rechazo social generalizados. El presente trabajo estudia la problemática de la violencia sexual, centrándose en averiguar si los agresores sexuales poseen características psicosociales o enfermedades mentales específicas. Otro objetivo de esta investigación es, a partir de esas características compartidas por estos sujetos, intentar crear un perfil de delincuente sexual, que pueda ayudar a su identificación temprana, a la prevención de la agresión sexual y en la creación de programas de tratamiento. Sin embargo, los resultados de este trabajo no permiten concluir que los delincuentes sexuales presenten caracteres psicosociales específicos que los diferencien de la población general ni tampoco que padezcan más trastornos mentales (o trastornos mentales específicos) que la población monotípica. Además, tampoco es posible establecer un perfil básico del delincuente sexual que permita el desarrollo de políticas de prevención basadas en la identificación prematura del delincuente sexual, por lo que las políticas de prevención de la delincuencia sexual deben basarse en la educación, la formación y la información.

Sexual crime is a universal phenomenon that violates human rights. It has a great impact on the physical and mental health of the victims and produces widespread social aversion and rejection. The present work studies the problem of sexual violence, focusing on whether sexual aggressors have specific psychosocial characteristics or mental illnesses. Another objective of this research is, based on these characteristics shared by these subjects, to try to create a sex offender profile. This can help in its early identification, the prevention of sexual aggression and the creation of treatment programs. However, the results of this work do not allow us to conclude that sex offenders present specific psychosocial characteristics that differentiate them from the general population, nor that they suffer from more mental disorders (or specific mental disorders) than the monotypic population. Furthermore, it is also not possible to establish a basic profile of the sex offender that would allow the development of prevention policies based on the early identification of the sex offender. So, sexual offender prevention policies should be based on education, training and information.