La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual en Euskadi: necesidades y propuestas INFORME FINAL DE RESULTADOS Carmen Meneses Falcón (Dirección y coordinación) 2020

Abstract

Se estima que de 1968 a 2.308 mujeres han estado ejerciendo la prostitución durante el 2018 en Euskadi. De ellas aproximadamente del 10% al 15% podríamos considerar que han sido víctimas de trata con fines de explotación sexual. No obstante, la presencia de esta realidad no se distribuye por igual por origen y contexto de prostitución. Se encuentran mayores indicios de trata entre las mujeres subsaharianas y en los contextos de la prostitución de calle y pisos. Resulta complejo en ocasiones diferenciar las situaciones de trata de las de tráfico de mujeres porque en la trayectoria de muchas de ellas se yuxtaponen ambas circunstancias. Pero es necesario distinguir entre la prostitución no coactiva y la trata. En los últimos años se están realizando esfuerzos importantes en la detección e identificación de víctimas lo que puede suponer un aumento de las misma en el futuro y deberá valorarse los recursos que pueden ser necesarios. Por este motivo, y a modo de previsión, en el caso de que se aprecie dicho aumento se estudiará la necesidad de reforzar la red de recursos sociales en Euskadi, para atender adecuadamente este posible incremento de la prevalencia. Se deberá continuar mejorando la coordinación y colaboración entre los cuerpos policiales y entre estos y las ONGs, no solapando los espacios de intervención, compartiendo la información y ampliando la colaboración en aras de ser más eficaces tanto en la atención a las víctimas como en la persecución del delito. Por otra parte, se debe continuar avanzando en la sensibilización social y en la formación de profesionales no especializados en trata, para que se produzca un conocimiento compartido que permita una mejor detección e intervención. Alrededor del 19% de los hombres residentes en Euskadi han pagado alguna vez servicios sexuales y el 3% en el último año, destacando ser hombres solteros o separados, con una mayor concentración a partir de 45 años. Casi el 90% ha oído hablar de trata de seres humanos en los medios de comunicación y el 85% llamaría a la policía si se encontrase con esa situación, pero solo un tercio consideraba que tenía información suficiente como para identificar a una persona víctima de trata y el 90% requería más información sobre el tema. Estos datos nos llevan a plantear la necesidad de ofrecer mayor conocimiento sobre la trata de mujeres entre la población masculina en general y entre los hombres que pagan servicios sexuales en particular. Por último, se constata la presencia de una red de tratantes de origen subsahariano establecida en Bizkaia para la explotación sexual de mujeres de su mismo origen, así como para facilitar el tránsito de estas mujeres al resto del Estado y Europa. No obstante, las estimaciones de volumen económico que mueve la trata con fines de explotación sexual en Euskadi no son elevadas comparadas con otros delitos.

It is estimated that between 1968 and 2,308 women have been working as prostitutes during 2018 in the Basque Country. Of these, approximately 10% to 15% could be considered to have been victims of trafficking for the purpose of sexual exploitation. However, the presence of this reality is not equally distributed by origin and context of prostitution. There is greater evidence of trafficking among sub-Saharan women and in the contexts of street and flat-based prostitution. It is sometimes difficult to differentiate between situations of trafficking and smuggling of women because in many women's trajectories, both circumstances are juxtaposed. But it is necessary to distinguish between non-coerced prostitution and trafficking. In recent years, significant efforts have been made to detect and identify victims, which may lead to an increase in the number of victims in the future, and the resources that may be necessary should be assessed. For this reason, and as a forecast, in the event that such an increase is detected, the need to reinforce the network of social resources in the Basque Country will be studied in order to adequately deal with this possible increase in prevalence. Coordination and collaboration between police forces and between police forces and NGOs should continue to be improved, avoiding overlapping areas of intervention, sharing information and extending collaboration in order to be more effective both in attending to victims and in prosecuting the crime. On the other hand, progress must continue to be made in raising social awareness and in the training of professionals who are not specialised in trafficking, in order to produce a shared knowledge that allows for better detection and intervention. Around 19% of men living in the Basque Country have paid for sexual services at some time and 3% in the last year, with single or separated men standing out, with a higher concentration of men over 45 years of age. Almost 90% had heard about human trafficking in the media and 85% would call the police if they found themselves in such a situation, but only a third considered that they had enough information to identify a trafficked person and 90% required more information on the subject. These data lead us to raise the need for more knowledge about trafficking in women among the male population in general and among men who pay for sexual services in particular. Finally, the presence of a network of traffickers of sub-Saharan origin established in Bizkaia for the sexual exploitation of women of the same origin, as well as to facilitate the transit of these women to the rest of Spain and Europe, has been confirmed. However, estimates of the economic volume involved in trafficking for the purpose of sexual exploitation in the Basque Country are not high compared to other crimes.