Crisis. Emergencias. Intervención. Desastres

Abstract

El abuso sexual infantil supone graves consecuencias psicológicas y físicas para la persona que lo sufre como para su entorno y, estos efectos son duraderos, afectando de esta manera al bienestar psicológico y al desarrollo social. El impacto de este abuso se ve agravado cuando el agresor es una persona del círculo de la víctima, pudiendo ser este un familiar o un conocido cercano. Se planteó que aquellas víctimas que habían sufrido acoso por parte de un conocido tenían mayor riesgo de desarrollar un trastorno psicológico, se ha demostrado la correlación entre ambos factores. También se plantea que los menores que crecen en entornos desfavorecidos, tanto económicamente como afectivamente, se ha comprobado cuanto mayor sea la vulnerabilidad socioeconómica de la familia, mayor será la vulnerabilidad de la víctima de sufrir este tipo de abuso. Es crucial la implementación de intervenciones tempranas, así como la involucración activa de la familia para mitigar las secuelas del abuso. Asimismo, es imperativo que se lleven a cabo políticas y programas de sensibilización tanto educativas como sociales porque de esta manera se podrán detectar los signos del abuso a fin de prevenirlo de manera temprana, y, apoyando a las víctimas durante todo el proceso de su recuperación.

Child sexual abuse has serious psychological and physical consequences for the person who suffers it as well as for their environment, and these effects are long-lasting, thus affecting psychological well-being and social development. The impact of this abuse is aggravated when the perpetrator is a member of the victim's circle, who may be a family member or close acquaintance. It was suggested that victims who had been bullied by an acquaintance were at greater risk of developing a psychological disorder, and a correlation between the two factors has been demonstrated. It has also been suggested that children who grow up in disadvantaged environments, both economically and emotionally, the greater the socio-economic vulnerability of the family, the greater the vulnerability of the victim to suffer this type of abuse. Early interventions and active family involvement are crucial to mitigate the aftermath of abuse. It is also imperative that educational and social awareness-raising policies and programmes are put in place to detect the signs of abuse in order to prevent it at an early stage, and to support victims throughout the recovery process.