Trastorno de conducta en niños: Evaluación de factores neurobiológicos y ambientales en su aparición y desarrollo

Abstract

Este trabajo de fin de grado tiene como objetivo principal examinar los factores neurobiológicos y ambientales que intervienen en el desarrollo de los trastornos de conducta en la infancia. A través de una revisión teórica multidisciplinar, se analizan las principales estructuras cerebrales implicadas, los desequilibrios neuroquímicos, la predisposición genética y el papel del temperamento, así como el impacto del entorno familiar, los estilos de crianza, las experiencias traumáticas y el apego temprano. Por otro lado, se revisa el marco explicativo de la Teoría Ecológica del Desarrollo de Bronfenbrenner, integrando la visión sistémica y transaccional del comportamiento infantil. El trabajo destaca la importancia de intervenciones clínicas y preventivas desde un enfoque biopsicosocial, poniendo énfasis en la detección precoz y el fortalecimiento de factores protectores como la resiliencia. Se concluye que la interacción entre biología y ambiente es clave para comprender y abordar eficazmente los trastornos de conducta, así como para promover un desarrollo psicológico saludable en los menores afectados.

This Final Degree Project aims to examine the neurobiological and environmental factors involved in the development of conduct disorders during childhood. Through a multidisciplinary theoretical review, the study analyzes the main brain structures involved, neurochemical imbalances, genetic predispositions, and the role of temperament, as well as the impact of family environment, parenting styles, traumatic experiences, and early attachment. It also explores Bronfenbrenner's Ecological Systems Theory as a framework for understanding behavior from a systemic and transactional perspective. The paper highlights the importance of clinical and preventive interventions from a biopsychosocial approach, emphasizing early detection and the strengthening of protective factors such as resilience. It concludes that the interaction between biology and environment is essential for effectively understanding and addressing conduct disorders, and for promoting healthy psychological development in affected children.