Evolución de la Depresión Perinatal y su Influencia en el Vínculo Madre-Bebé : Estudio Longitudinal sobre Factores de Riesgo y Protección en la Perinatalidad

Abstract

La salud mental de las mujeres durante el periodo perinatal es fundamental para su bienestar emocional y el desarrollo de sus hijos. La depresión, especialmente durante el embarazo, es una de las psicopatologías más prevalentes en esta etapa y afecta negativamente el vínculo madre-hijo. Sin embargo, muchas mujeres no reciben el diagnóstico ni el tratamiento adecuado debido a barreras sociales, estigmas y la falta de recursos, lo que resalta la necesidad de identificar factores de riesgo y protección asociados a la depresión perinatal. Esto permitirá diseñar intervenciones preventivas o tempranas que mitiguen sus efectos adversos en el bienestar materno-infantil. Esta tesis tiene como objetivo analizar los factores de riesgo y protección que influyen en la depresión perinatal y su impacto en el vínculo madre-hijo a lo largo del periodo perinatal. Se investigaron cómo las dificultades en la adaptación al embarazo, la rumiación depresiva y las experiencias traumáticas durante el parto contribuyen al desarrollo de psicopatologías perinatales, como el Trastorno de Estrés Postraumático Perinatal (TEPT-P) y la depresión postparto. Además, se evaluaron las influencias tempranas y los efectos a largo plazo de estas psicopatologías en la relación madre-hijo, hasta los 18 meses de vida del niño. El estudio adoptó un diseño longitudinal, con cuatro fases de evaluación que iban desde el tercer trimestre de embarazo hasta los 18 meses postparto. Se reclutaron inicialmente 594 mujeres y se les evaluó en línea en cuatro momentos clave. Los análisis estadísticos realizados incluyeron modelos de ecuaciones estructurales, regresiones logísticas y análisis mediacionales para capturar los cambios en la salud mental materna y el vínculo madre-hijo. Los resultados mostraron que las dificultades en la adaptación al embarazo, asociadas a una percepción negativa y malestar físico, fueron predictores significativos de los síntomas de depresión perinatal en el tercer trimestre de gestación. Estos efectos fueron mediados por el uso de la rumiación depresiva y la calidad del vínculo materno-fetal. También se identificaron cuatro elementos clave que, como factores protectores, contribuyeron a una mejor adaptación al embarazo y a la prevención de la depresión. Después del embarazo, se observó que la depresión perinatal, el historial previo de depresión y las experiencias traumáticas durante el parto eran factores de riesgo para el desarrollo de TEPT-P, el cual se asoció con niveles más altos de depresión postparto y vínculos madre-hijo de baja calidad a los 8 meses postparto. Los efectos negativos de estas psicopatologías persistieron hasta los 18 meses de vida del niño, impactando significativamente en la calidad del vínculo madre-hijo. En conclusión, esta investigación destaca la importancia de brindar una atención integral a la salud mental materna desde el embarazo hasta el inicio de la crianza, subrayando la necesidad de desarrollar intervenciones preventivas continuas para proteger tanto la salud mental materna como el desarrollo infantil.

Women's mental health during the perinatal period is crucial for their emotional well-being and the development of their children. Depression, especially during pregnancy, is one of the most prevalent psychopathologies during this stage and negatively affects the mother-child bond. However, many women do not receive an adequate diagnosis or treatment due to social barriers, stigma, and lack of resources, highlighting the need to identify risk and protective factors associated with perinatal depression. This will allow the design of preventive or early interventions to mitigate its adverse effects on maternal-infant well-being. The aim of this thesis is to analyze the risk and protective factors that influence perinatal depression and its impact on the mother-child bond throughout the perinatal period. It explores how difficulties in adapting to pregnancy, depressive rumination, and traumatic birth experiences contribute to the development of perinatal psychopathologies such as Perinatal Post-Traumatic Stress Disorder (PTSD-P) and postpartum depression. Furthermore, the study assesses the early influences and long-term effects of these psychopathologies on the mother-child relationship, up to 18 months of the child's life. The study adopted a longitudinal design with four phases of evaluation, spanning from the third trimester of pregnancy to 18 months postpartum. A total of 594 women were initially recruited and assessed online at four key moments. The statistical analyses included structural equation models, logistic regressions, and mediational analyses to capture changes in maternal mental health and the mother-child bond. The results showed that difficulties in adapting to pregnancy, associated with a negative perception and physical discomfort, were significant predictors of perinatal depression symptoms in the third trimester. These effects were mediated by depressive rumination and the quality of the maternal-fetal bond. Additionally, four key elements were identified as protective factors that contributed to better adaptation to pregnancy and prevention of depression. After pregnancy, it was found that perinatal depression, a prior history of depression, and traumatic birth experiences were risk factors for developing PTSD-P, which in turn was associated with higher levels of postpartum depression and lower quality mother-child bonds at 8 months postpartum. The negative effects of these psychopathologies persisted until the child’s 18-month mark, significantly impacting the quality of the mother-child bond. In conclusion, this research emphasizes the importance of providing comprehensive care for maternal mental health from pregnancy through early parenting, underlining the need to develop continuous preventive interventions to protect both maternal mental health and child development.