La sucesión mortis causa en el patrimonio digital

Abstract

En las últimas décadas, el ser humano se ha adentrado en el mundo digital y, con ello, se ha apropiado de determinados bienes que conforman su patrimonio digital. Estos, que pueden ser entendidos como sus cuentas y contenidos online, existen únicamente en formato digital. Pero, ¿qué ocurre con ellos cuando fallece su titular? ¿Formarán parte de su herencia o se extinguirán? Con esta investigación trataremos de responder a esta cuestión, abordando la posibilidad de su sucesión mortis causa y analizando las dificultades que puede plantear. A día de hoy no existe en España una regulación específica para la sucesión mortis causa del patrimonio digital, materia que comprende muy variadas prácticas del Derecho. Además, cobran especial importancia los problemas que surgen en relación a las condiciones generales de la contratación, el secreto de las comunicaciones o la protección de datos. También, cabe valorar el testamento digital como instrumento para establecer el destino del patrimonio digital. Asimismo, el ser humano expresa su propia personalidad en el ámbito digital, a través de sus interacciones y las de terceros, mediante su identidad digital. Si bien la misma no es objeto de sucesión mortis causa, también cabe explorar que puede ser protegida tras la muerte de su titular como derecho de la personalidad.

In the past decades, the human being has entered into the digital world and, thus, has acquired certain digital assets that compose its estate. These assets, understood as his accounts and online content, exist only in digital format. But, where do they go when their owner dies? Do they pass onto his inheritance or do they disappear? Throughout this investigation we will address these questions and analyze the difficulties that they may pose. It is a subject that affects a wide variety of legal practices as there is no specific regulation for the inheritance of digital assets in Spain. Moreover, many problems arise in relation to the general conditions of contracting, the secrecy of communications or the protection of data. We will also look into the different ways one may determine the destiny of their digital assets, specifically addressing the digital will as an instrument to do so. Furthermore, in the digital world the human being constantly expresses his own personality by means of his interactions and those of others, through what is known as his digital identity. This identity cannot be inherited but, however, we find that it can be protected following his death by what is known as “bygone personality”.