La nueva izquierda latinoamericana : concepciones y perspectivas de futuro

Abstract

América Latina está viviendo en la actualidad un momento político inédito en su historia. Casi una veintena de países del subcontinente está siendo gobernada por formaciones y dirigentes que se encuadran dentro de la denominada Nueva Izquierda latinoamericana. Aunque este concepto es considerado, en ocasiones, de difuso, no es menos cierto que los diferentes procesos nacionales que reciben esta consideración comparten una serie de coordenadas históricas comunes. No en vano, es innegable la influencia de figuras como Salvador Allende o de procesos revolucionarios como el salvadoreño, si bien, por encima de todos ellos, fue la Revolución Cubana de 1959 la que trazó el punto de partida ideológico para las actuales generaciones de dirigentes de la contemporánea Izquierda latinoamericana. No sólo comparten referentes del pasado las diferentes siglas que integran esta corriente. Comparten también un buen número de elementos estructurales, como su articulación a través de múltiples formas descentralizadas, una apuesta decidida por el reformismo y la defensa de la Democracia como valor ordenador de la sociedad. De igual modo, estos movimientos han hecho de los Derechos Humanos, la participación ciudadana en la Política o la defensa de la identidad cultural una bandera política fácilmente reconocible para sus votantes y el resto de ciudadanos, que han visto cómo estas sensibilidades, minoritarias hasta ese momento, eran defendidas por primera vez en un Parlamento o un palacio presidencial. De cara a seguir conformando un espacio político en los próximos años (o décadas), la Nueva Izquierda latinoamericana debe sumirse en debates internos que le permitan definir su propia identidad ante cuestiones como el rol del Estado, la definición de la iniciativa pública en la Economía o la apuesta por el reformismo o la Revolución.

Latin America is living currently an unprecedented political situation in its history. A score of countries of this region are being governed by parties and leaders that are framed inside what is called New Latin-American Left. Although this concept is sometimes considered as vague, the different national movements that are labeled in that way share common historical coordinates. It is clear the influence of leaders such as Allende or revolutionary processes such as the Salvadoran. However, it was the 1 959 Cuban Revolution the one that supposed the ideological outbreak for the current generations of New Latin-American Left leaders. They do not just share past references, but a high number of structure elements, such as their conformation through several decentralized forms, the bet for reformism and the defense of Democracy as a social value. Furthermore, these movements have intensely supported policies regarding Human Rights, the citizen participation in Politics and the defense of cultural identity. For the first time, these claims were politically defended inside a chamber or a presidential palace. In order to be able to configure a stable political space, the New Latin-American Left has to internally decide its own position in issues such as the role of the State, the perspective of the Public initiative in Economy or the support of Reformism or Revolution.