Inteligencia Artificial y Educación Superior: ¿pareja perfecta?

Abstract

La era de la inteligencia artificial (IA) plantea un desafío esencial para la educación superior: ¿es conveniente incorporar la IA en la formación de los estudiantes o mantenerla al margen? Por un lado, algunos docentes ven la IA como una herramienta poderosa para enriquecer el aprendizaje y desarrollar habilidades críticas en un mundo cada vez más digital. Por otro, existen preocupaciones sobre el riesgo de dependencia y mal uso, ya que podría afectar la autonomía y el juicio ético de los estudiantes. En este contexto, surge una pregunta esencial: ¿cómo formamos a los profesionales del futuro sin alejarlos de las tecnologías que marcarán su entorno laboral? Este estudio presenta una intervención educativa piloto en la asignatura de Creativity and Innovation, donde los estudiantes deben resolver un desafío empresarial real en dos fases: en la primera, sin IA; en la segunda, con IA obligatoria. Posteriormente, se les consulta sobre el impacto de la IA en su proceso. Los resultados revelan que el 73% de los estudiantes cree que la IA mejoró su capacidad para identificar problemas, y el 63% considera que la IA fortaleció su habilidad para generar ideas. Este análisis aporta una perspectiva innovadora al desplazar el foco del debate desde el docente hacia el estudiante, quien reflexiona críticamente sobre su propio proceso formativo.

The era of artificial intelligence (AI) presents a critical challenge for higher education: should AI be incorporated into student training or kept at a distance? On one hand, some educators see AI as a powerful tool to enrich learning and develop critical skills in an increasingly digital world. On the other, concerns arise about the risks of dependency and misuse, as AI could impact students’ autonomy and ethical judgment. In this context, a key question emerges: how can we prepare future professionals without distancing them from the technologies that will shape their work environment? This study presents a pilot educational intervention in the Creativity and Innovation course, where students are tasked with solving a real business challenge in two stages: first without AI and then with mandatory AI use. Following this, students are asked to reflect on AI’s impact on their process. Results show that 73% of students believe AI improved their ability to identify problems, and 63% feel it strengthened their idea-generation skills. This analysis offers an innovative perspective by shifting the focus of the debate from the instructor to the student, who critically reflects on their own learning process.