Association Between Alcohol Consumption, Other Healthy Habits and Sociodemographic Variables and the Values of Different Insulin Resistance Risk Scales in 139,634 Spanish Workers

Abstract

Antecedentes: El consumo de alcohol es un importante problema de salud pública que influye en la salud metabólica y la resistencia a la insulina (RI). Si bien el consumo moderado de alcohol se ha asociado con posibles beneficios metabólicos, el consumo excesivo se vincula con la RI y trastornos relacionados. Este estudio examina la asociación entre variables sociodemográficas, hábitos de salud y el riesgo de RI mediante índices metabólicos validados. Métodos: Se realizó un estudio de dos fases que incluyó un análisis transversal de 139.634 trabajadores españoles y un seguimiento longitudinal retrospectivo de 40.431 participantes (2009-2019). Se recopilaron datos sobre factores sociodemográficos (edad, sexo y nivel socioeconómico) y hábitos de salud (tabaquismo, consumo de alcohol, dieta y actividad física) mediante evaluaciones estandarizadas de salud laboral. El riesgo de RI se evaluó mediante el Índice de Triglicéridos-Glucosa (TyG), la Puntuación Metabólica para la Resistencia a la Insulina (METS-IR) y el Estimador de Sensibilidad a la Insulina de Punto Único (SPISE-IR). Se utilizó regresión logística binaria para el análisis estadístico. Resultados: La edad, el sexo masculino, el nivel socioeconómico más bajo, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la inactividad física y la baja adherencia a la dieta mediterránea se asociaron significativamente con un mayor riesgo de RI en todos los índices (p < 0,001). El consumo de alcohol mostró una relación dosis-dependiente con la RI, donde la ingesta excesiva aumentó significativamente el riesgo de RI. Los datos longitudinales revelaron un empeoramiento del perfil de RI con el tiempo, especialmente entre las personas mayores, de bajos ingresos y físicamente inactivas. Conclusiones: Los factores sociodemográficos y los hábitos de vida influyen considerablemente en la RI. Las estrategias preventivas centradas en la reducción del consumo de alcohol, el abandono del hábito tabáquico, la promoción de la actividad física y la mejora de la dieta son esenciales para mitigar el riesgo de RI, especialmente en poblaciones vulnerables. Se necesitan más estudios longitudinales para establecer relaciones causales y perfeccionar las estrategias de intervención.

Background: Alcohol consumption is a major public health concern, influencing metabolic health and insulin resistance (IR). While moderate alcohol intake has been associated with potential metabolic benefits, excessive consumption is linked to IR and related disorders. This study examines the association between sociodemographic variables, health habits, and IR risk using validated metabolic indices. Methods: A dual-phase study was conducted, including a cross-sectional analysis of 139,634 Spanish workers and a retrospective longitudinal follow-up of 40,431 participants (2009–2019). Data on sociodemographic factors (age, sex and socioeconomic status) and health habits (smoking, alcohol consumption, diet and physical activity) were collected through standardized occupational health assessments. IR risk was assessed using the Triglyceride-Glucose Index (TyG), Metabolic Score for Insulin Resistance (METS-IR), and Single-Point Insulin Sensitivity Estimator (SPISE-IR). Binary logistic regression was used for statistical analysis. Results: Age, male sex, lower socioeconomic status, smoking, alcohol consumption, physical inactivity and low adherence to the Mediterranean diet were significantly associated with higher IR risk across all indices (p < 0.001). Alcohol consumption exhibited a dose-dependent relationship with IR, with excessive intake significantly increasing the risk of IR. Longitudinal data revealed a worsening IR profile over time, particularly among older, low-income and physically inactive individuals. Conclusions: Sociodemographic factors and lifestyle habits strongly influence IR. Preventive strategies focused on reducing alcohol consumption, smoking cessation and promoting physical activity and dietary improvements are essential to mitigate the risk of IR, especially in vulnerable populations. Further longitudinal studies are needed to establish causal relationships and refine intervention strategies.