La exención de pena para delitos cometidos por víctimas de trata de seres humanos (wip)

Abstract

En el año 2010, la incriminación del delito de trata de seres humanos en el ordenamiento penal español vino acompañada de la previsión, en el apartado 11 del art. 177 bis CP, de una exención de pena para las infracciones penales cometidas por las víctimas del referido delito, siempre y cuando fueran satisfechos determinados requisitos y resultara apreciable una relación de proporcionalidad entre la situación de explotación sufrida por la víctima del delito y el hecho criminal ejecutado por ésta.

La configuración legal de esta exención no fue, a mi juicio, suficientemente precisa. La incertidumbre se extiende, entre otros aspectos, a la determinación de quién puede ser considerado víctima de trata de seres humanos , a la conexión temporal o funcional que debe existir entre la trata y la comisión de la infracción penal y, en particular, a los criterios que resultan relevantes para la valoración del canon de proporcionalidad que opera como límite de la exención. A ello se añade la dificultad para ubicar esta figura dentro del sistema general de exclusión de responsabilidad penal establecido por el Código y cuya aplicabilidad a este supuesto declara expresamente el precepto señalado.

En este escenario, el transcurso de un periodo de casi diez años desde la entrada en vigor de la norma permite identificar -y, en su caso, someter a examen- las pautas que los tribunales están siguiendo en la puesta en práctica de esta previsión legal. Este es, precisamente, el objeto de la presente comunicación.

In 2010, the criminal offense of trafficking in human beings in the Spanish criminal system was accompanied by the provision, in section 11 of art. 177 bis CP, of an exemption from penalty for criminal offenses committed by the victims of the aforementioned offense, provided that certain requirements were met and a proportionality relationship between the situation of exploitation suffered by the victim of the crime and the criminal act would be appreciable executed by this one.

The legal configuration of this exemption was not, in my opinion, sufficiently accurate. The uncertainty extends, among other aspects, to the determination of who may be considered a "victim of trafficking in human beings", to the temporary or functional connection that must exist between trafficking and the commission of the criminal offense and, in particular, to the criteria that are relevant for the assessment of the proportionality fee that operates as a limit of the exemption. To this is added the difficulty to locate this figure within the general system of exclusion of criminal responsibility established by the Code and whose applicability to this assumption expressly declares the precept indicated.

In this scenario, the course of a period of almost ten years from the entry into force of the standard allows identifying - and, where appropriate, examining - the guidelines that the courts are following in the implementation of this legal provision . This is precisely the object of the present communication.