The constant link between migration and suitable development: The 2030 Agenda and the "leave no one behind" principle

Abstract

En este documento, dirijo mi atención a la relación entre migración y desarrollo sostenible y al papel que puede desempeñar la Agenda 2030 en la promoción de las fortalezas de esta relación, al tiempo que disminuye sus debilidades. Por lo tanto, intentaré contribuir a las respuestas a dos preguntas: ¿en qué condiciones podemos afirmar que la migración es una herramienta poderosa para reducir la pobreza y la desigualdad, y una fuerza impulsora del desarrollo humano? ¿Cómo puede la Agenda 2030 ayudar a garantizar que se incrementen los beneficios del tándem de migración / desarrollo sostenible, mientras se evitan otros efectos no deseados?

Empiezo por reunir cifras y datos que cuestionan la simplicidad de un enfoque del concepto de desarrollo conjunto, mediante el cual las migraciones (especialmente las internacionales) contribuyen al desarrollo de los países de origen, destino o tránsito. También busco neutralizar la desinformación que, desde posiciones poco realistas e incluso distorsionadas conscientemente, nos alerta, ya sea por exceso de información o por su ausencia, a la verdadera relación entre las migraciones y el desarrollo sostenible. ¿Cuántos migrantes hay? ¿Por qué se mueven? ¿Qué deben hacer los gobiernos de origen y destino para garantizar que estos movimientos humanos puedan contribuir a reducir las desigualdades dentro y entre los diferentes países? ¿Qué pasa con la colaboración de los restantes actores? Con respecto a la Agenda 2030, he utilizado los estudios (principalmente los informes para cada ítem presentados por el Instituto de Desarrollo de Ultramar en 2017) que demuestran cómo el problema de la relación migración-desarrollo está en gran parte ausente de ellos. Dadas estas ausencias, enfatizo dos de los principios que contiene la Agenda 2030, con el propósito de realinearlo al vínculo necesario entre migración y desarrollo: por un lado, el principio de "no dejar a nadie atrás" es de particular importancia cuando se toma en cuenta las vulnerabilidades de los migrantes, y por otro lado el principio de colaboración debida y leal entre los diversos actores a nivel internacional, regional, nacional y local.

In this paper, I turn my attention to the relationship between migration and sustainable development and the role that the 2030 Agenda can play in promoting this relationship s strengths while diminishing its weaknesses. I will thus try to contribute to answers to two questions: under what conditions can we affirm that migration is a powerful tool for reducing poverty and inequality, and a driving force behind human development? How can the 2030 Agenda help to ensure that the benefits of the migration/ sustainable development tandem are increased, whilst avoiding other, undesired effects?

I start by bringing together figures and data that question the simplicity of one approach of the concept of co-development, that by which migrations (especially international ones) contribute to the development of the countries of origin, destination or transit. I also seek to neutralize the disinformation that, from unrealistic, and even consciously distorted positions, alerts us whether by excess of information or by its absence - to the true relationship between migrations and sustainable development. How many migrants are there? Why do they move? What should governments of origin and destination do to ensure that these human movements can contribute to reducing inequalities within and between different countries? What about the collaboration of the remaining the actors? Regarding the 2030 Agenda, I have used the studies (mainly the reports for each item presented by the Overseas Development Institute in 2017) that demonstrate how the migration-development relationship issue is largely absent from them. Given these absences, I emphasize two of the principles that the 2030 Agenda contains, with the purpose of realigning it to the necessary link between migration and development: on the one hand, the "leave no one behind" principle as of particular importance when taking into account the vulnerabilities of migrants, and on the other

the principle of due and loyal collaboration between the various actors at international, regional, national, and local levels.