Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: http://hdl.handle.net/11531/44308
Título : La vida empresarializada? ¿quién la desempresarializará?
Autor : Merino de Diego, Amparo
Carrero Gross, Gael
Fecha de publicación : 27-mar-2019
Resumen : La empresa es una institución protagonista del proceso económico, pero también de nuestra vida social y personal. La retórica dominante actual coloca a la empresa como el tipo de organización más eficaz y eficiente para organizar la provisión de bienes y servicios para la vida, y la ensalza como principal modo de integración y organización social para la generación de riqueza económica y bienestar social. Aunque empresas y formas de gestión de la empresa existen de muchos tipos, hay un modelo dominante: la empresa capitalista. Este modelo apoya el control de los medios de producción en los propietarios del capital, por lo que convierte a la empresa en una forma de acción económica dirigida casi únicamente a responder a los restrictivos criterios de rendimiento financiero. Pero, además, esa lógica de acumulación indefinida de la empresa capitalista se extiende también sobre nuestra forma de vivir y relacionarnos, e incluso sobre la manera de identificarnos y valorarnos a nosotros mismos. Así, se impone una racionalidad según la cual los individuos se han de aceptar a sí mismos y gestionar su propia vida como si de una relación empresarial se tratara. Sin embargo, también hay voces críticas, como las que vienen de la economía social y solidaria, la economía ecológica o la economía feminista, que abren vías para pensar la diversidad realmente existente de formas de organizar los procesos económicos, demostrándonos que no hay un solo modelo de empresa posible, y que, finalmente, la empresa no es el único referente al que podemos acudir para definirnos como sujetos económicos.
The company is a leading institution of the economic process, but also of our social and personal life. The current dominant rhetoric places the company as the most effective and efficient type of institution to provide goods and services for life, and praises it as the main mode of integration and social organization for the generation of economic wealth and social welfare. Although companies and ways of managing the company exist of many types, there is a dominant model: the capitalist enterprise. This model supports the control of the means of production in the owners of capital, so it turns the company into a form of economic action directed almost solely to respond to the restrictive criteria of financial performance. But, in addition, this logic of indefinite accumulation of the capitalist enterprise also extends over our way of living and relating, and even in the way of identifying and valuing ourselves. Thus, a rationality is imposed according to which individuals have to accept themselves and manage their own lives as if it were a business relationship. However, there are also critical voices, such as those that come from the social and solidarity economy, the ecological economy or the feminist economy, which open ways to think about the really existing diversity of ways of organizing economic processes, demonstrating that there is not a single possible business model, and that, finally, "the firm" is not the only reference to which we can turn to define ourselves as economic subjects.
Descripción : Artículo en Periódico
URI : http://hdl.handle.net/11531/44308
Aparece en las colecciones: Artículos

Ficheros en este ítem:
Fichero Descripción Tamaño Formato  
La vida empresarializada quiEn la desempresarializara.pdf524,7 kBAdobe PDFVista previa
Visualizar/Abrir


Los ítems de DSpace están protegidos por copyright, con todos los derechos reservados, a menos que se indique lo contrario.