Responsabilidad por los daños causados por los menores que están bajo la protección de la Administración

Abstract

En este capítulo nos vamos a dedicar al estudio de la responsabilidad por los daños que causan los menores que están bajo la protección de la Administración. Nótese que los menores que están bajo la protección de la Administración son uno de los colectivos más vulnerables de la sociedad: son menores, lo cual ya les hace dignos de protección, y además están en una situación tal que la Administración ha tenido que entrar a protegerles. Pues bien, las cosas se pueden complicar todavía más porque en este capítulo nos dedicamos también a las víctimas de estos menores, es decir a aquellos a quienes estos menores causan daños. Son supuestos en los cuales los menores se convierten en agresores, lo que en ocasiones genera cierta alarma social, pero no nos confundamos: el débil, el vulnerable, aunque agreda, sigue siendo débil y vulnerable. El hecho de que se produzca alguna agresión por parte de menores que están bajo la protección de la Administración no convierte a este colectivo vulnerable en peligrosos agresores. Esta simple reflexión pretende poner en su lugar la materia objeto de estudio, pues actualmente, en estos tiempos complicados de auge del populismo, algunos parecen pensar que no hay que proteger a estos menores vulnerables, sino que nos tenemos que proteger nosotros de ellos. Querer representar a los vulnerables como agresores es una impostura falsa y éticamente reprobable.

In this chapter we are going to dedicate to the study of liability for damages caused by minors who are under the protection of the Administration. Minors who are under the protection of the Administration are one of the most vulnerable groups in society: they are minors, which already makes them worthy of protection, and they are also in such a situation that the Administration has had to enter protect them. Well, things can get even more complicated because in this chapter we also focus on the victims of these minors, that is, those to whom these minors cause harm. These are cases in which minors become aggressors, which sometimes generates a certain social alarm, but let's not get confused: the weak, the vulnerable, although they attack, are still weak and vulnerable. The fact that there is any aggression by minors who are under the protection of the Administration does not turn this vulnerable group into dangerous aggressors. This simple reflection tries to put the subject matter of study in its place, because currently, in these complicated times of the rise of populism, some seem to think that we should not protect these vulnerable minors, but that we must protect ourselves from them. Wanting to represent the vulnerable as aggressors is a false and ethically reprehensible imposture.