Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: http://hdl.handle.net/11531/71048
Título : El problema no es la deuda, es el déficit primario
Autor : Marín-Lozano Montón, Ofelia María
Fecha de publicación : 10-feb-2021
Resumen : Un negocio con resultado de explotación positivo, a la larga, aun con mucha deuda, es viable. Un país con superávit primario también. España no lo logra desde 2007, con la burbuja inmobiliaria. El principal problema de las cuentas públicas de España no es tanto el incremento del nivel de deuda pública que pueda derivarse del gasto extraordinario necesario para la superación de esta crisis coyuntural, como la dificultad, demostrada históricamente, que tienen los gobernantes para equilibrar un presupuesto ordinario antes de gasto de intereses. La solidez económica, la solvencia financiera de una familia, de una empresa y de un país, no debe ser juzgada por lo que sucede un año excepcional. Algunos años una familia puede recibir una herencia, una empresa vender un inmueble antiguo con grandes plusvalías, o un país recaudar mucho IVA o ITP por una burbuja inmobiliaria. Otro año una familia puede tener que pedir un préstamo para reformar su vivienda tras un incendio, una empresa gastar mucho dinero para cerrar una división no rentable o un país para mantener la paz social en medio de una pandemia. Pero la mayoría de los años no habrá herencias ni incendios, ni ventas de patrimonio ni cierres de divisiones, ni burbujas ni pandemias. La mayoría de los años serán normales. Si en un año normal no gastamos más de lo que ingresamos, vamos bien. Y si no, vamos mal. Un negocio con resultado de explotación positivo, a la larga, aunque tenga mucha deuda, siempre es viable. Un país con superávit primario, también.
A business with a positive operating result, in the long run, even with a lot of debt, is viable. A country with a primary surplus as well. Spain has not achieved it since 2007, with the real estate bubble. The main problem with Spain's public accounts is not so much the increase in the level of public debt that may result from the extraordinary spending necessary to overcome this current crisis, as the difficulty, historically demonstrated, that the rulers have in adaptaing expenses to ordinary income and therefore not run primary deficit (deficit before interest expenses). The economic solidity, the financial solvency of a family, a company and a country, should not be judged by what happens in an exceptional year. Some years a family may receive an inheritance, a company sell an old property with large capital gains, or a country collect a lot of VAT or ITP due to a real estate bubble. Another year a family may have to take out a loan to renovate their home after a fire, a company spend a lot of money to close an unprofitable division or a country to maintain social peace in the midst of a pandemic. But most years there will be no inheritances or fires, no estate sales or division closings, no bubbles and no pandemics. Most years will be normal. If in a normal year we do not spend more than we earn, we are doing well. And if not, we go wrong. A business with a positive operating result, in the long run, even if it has a lot of debt, is always viable. A country with a primary surplus, too.
Descripción : Artículos en revistas
URI : http://hdl.handle.net/11531/71048
ISSN : 1885-6829
Aparece en las colecciones: Artículos

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