Los paisajes de la sal en el interior de la península ibérica, islas de biodiversidad en un mar de tierra

Abstract

La península ibérica alberga gran diversidad y abundancia de paisajes de la sal, siendo un caso único a escala mundial. Se estima que hay más de un millar de espacios salinos, tanto de origen natural como antropogénico. La presencia de la sal en el terreno ha generado paisajes tan variados como lagunas, saladares, ramblas saladas, arroyos salados, saladas, etc. de gran valor natural. La biodiversidad que acogen es rara y frágil, por su ubicación en el interior del continente, estando estos ambientes aislados unos de otros. Se trata de especies y hábitat adaptados al exceso de salinidad, que se encuentran rodeadas de ambientes no salinos. Esta especialidad hace que sean extremadamente frágiles, pues necesitan dedicar recursos fisiológicos añadidos para soportar la sal e impide que puedan competir con especies generalistas en igualdad de condiciones. Por otro lado, los ambientes salinos, pese a su abundancia, se encuentran separados entre sí, dificultando el intercambio genético y la salvaguarda de las poblaciones. Fruto de la presencia de sal en el terreno, también han surgido las salinas de evaporación solar y otras explotaciones de sal, creando humedales salinos antropogénicos de gran valor cultural y natural. Las salinas de interior presentan también una gran diversidad morfológica, habiendo sabido adaptar las instalaciones al terreno y a los materiales disponibles en él. La obtención de sal en estos espacios ha generado ambientes salinos que han permitido la presencia de especies y hábitat similares a los naturales, reforzando así su valor. La conservación de estos espacios salinos, ya sean naturales o artificiales, es clave para el mantenimiento de una biodiversidad rara, frágil y única en el mundo.

The Iberian Peninsula hosts a great diversity and abundance of salt landscapes, making it a unique case on a global scale. It is estimated that there are over a thousand saline environments, both of natural and anthropogenic origin. The presence of salt in the land has given rise to a variety of landscapes such as lagoons, salt flats, saline streams, salty gullies, and others of high natural value. The biodiversity they support is rare and fragile due to their inland location, where these environments are isolated from one another. These are species and habitats adapted to excess salinity, surrounded by non-saline environments. This specialization makes them extremely fragile, as they must invest additional physiological resources to tolerate salt and cannot compete equally with generalist species.

Moreover, saline environments, despite their abundance, are separated from each other, limiting genetic exchange and population preservation. The presence of salt has also led to the development of solar evaporation saltworks and other salt-extraction activities, creating anthropogenic saline wetlands of great cultural and natural value. Inland saltworks also exhibit significant morphological diversity, having adapted their structures to the terrain and available materials. Salt harvesting in these areas has created saline environments that support species and habitats similar to natural ones, reinforcing their ecological value. Conserving these saline spaces—both natural and artificial—is key to preserving rare, fragile, and globally unique biodiversity.